Maria Ruido
Vie 21 Enero - Vie 11 Marzo, 2016
L’écran en conflit
L’écran en conflit. María Ruido Una exposición comisariada por Johanna Caplliure. El sueño ha terminado y la visualidad de los cuerpos es cercenada por millones de pantallas que ponen en conflicto la operación de un ojo imperativo. Los conflictos de la dialéctica del capitalismo desbocado implican que la tierra que pisamos, entre fisuras y temblores, […]
L’écran en conflit. María Ruido
Una exposición comisariada por Johanna Caplliure.
El sueño ha terminado y la visualidad de los cuerpos es cercenada por millones de pantallas que ponen en conflicto la operación de un ojo imperativo. Los conflictos de la dialéctica del capitalismo desbocado implican que la tierra que pisamos, entre fisuras y temblores, perdure yerma en la forma del Estado. Estado-fábrica, estado-nación, estado-muerte. Este incierto pasaje de la biopolítica de Foucault y Agamben a la necropolítica de Mbembe no es otro que la travesía que tiene su origen en el trabajador de la fábrica y su destino en el trabajador para la muerte. La violencia del capital se infringe en cada cuerpo por la labor que este desempeña bajo un tiempo suspendido. Esta violencia invisibiliza la deslocalización de la mano de obra, el trabajo de los cuidados, la historia de los afectos y las narraciones migrantes. Una tarea que configura el gran trabajo de las postrimerías del siglo XX y del XXI, la producción de la máquina muerte y la instrumentalización humana. No se puede trabajar contra la muerte.
María Ruido ahonda en una genealogía del presente que dista de las meras investigaciones en torno al operaismo y la lucha de clases. Puesto que pone en circulación un imaginario que tiene como reto mostrar los vínculos entre el capitalismo postfordista, la locución de género y raza, la historia y la memoria o la frontera y la precariedad en el interior del totalitarismo de la globalización. Ruido construye imágenes operativas que son inextricables de una deconstrucción de la historiografía, allí donde las transiciones del aparato del estado pasan por un devenir necropolítico. Mientras los ciclos de luchas quedan oscurecidos por la dominación de la Historia, Ruido apela al desocultamiento de los conflictos que han marcado los cambios en la política de la servidumbre, las transformaciones de los sujetos y los desplazamientos discursivos poniendo en el punto de mira la violencia de los cuerpos. La pantalla opera en conflicto en cuanto la imagen que la precede y la excede se sitúa en el interior de la violencia epistémica. Cuando usa documentos históricos, películas y propias filmaciones produce un discurso de cuestionamiento del imaginario político. Las imágenes se montan en la mesa de edición produciendo una politización del archivo y una reescritura del significado de estas.
En un texto de 1995, Trabajadores saliendo de la fábrica, Harun Farocki testimoniaba cómo las entrañas de la fábrica nunca habían sido recogidas fílmicamente. Ni siquiera se conocen imágenes que pertenezcan a la insumisión de los trabajadores en el lugar del enfrentamiento. Por eso, cuando María Ruido introduce la cámara en el espacio de trabajo hace posible que la fábrica sea pensada en imágenes, pero también arma un dispositivo de lucha. Puesto que abrir la fábrica es mostrar su maquinaria técnica y humana; es enseñar los mecanismos del relato y de la producción; es penetrar en las tecnologías de sujeción.
En los ensayos fílmicos de María Ruido las imágenes toman posición en la construcción de subjetividades. Diríase que hace de lo inefable imagen operativa. La intrincada relación entre muerte, producción e imágenes se extiende en la forma impura del ensayo visual. El pensamiento se construye en cada operación fílmica, en cada una de las imágenes que arden y se consumen ante nuestra mirada, y la muerte se impone como última ficción de nuestra existencia. El límite no se halla en la muerte, las imágenes perviven construyendo el significado de nuestra historia.
María Ruido es artista, investigadora y docente. Actualmente vive en Madrid y en Barcelona, donde es profesora en el Departamento de Imagen de la Universidad de Barcelona. Entre sus exposiciones individuales destacan Total Work junto a Ursula Biemann (Sala Montcada, Barcelona, 2003), Os Traballos e os días (Galería Ad Hoc, Vigo, 2006), La escena del crimen (Sala A. Palacios, Círculo de Bellas Artes, Madrid, 2008), Work & Words (1997- 2008) (Museo Carrillo Gil, México D.F., 2009), Plan Rosebud: producing bodies, building memories (C. C. Puertas de Castilla, Murcia, 2010) y L’oeil impératif (Centre d´Art Santa Mònica, Barcelona, 2015). Entre las exposiciones colectivas en las que ha participado en los últimos años se encuentran: Visto y no visto (MNCARS, Madrid, 2009); 11º Istanbul Biennal (Istanbul, 2009); Monument to Transformation (Centro Cultural Montehermoso, Vitoria, 2010); Educando el saber (MUSAC, León, 2010); MANIFESTA 8 (Murcia/ Cartagena, 2010); Images at Works (Index Foundation y Rumänska kulturinstitutet, Estocolmo, 2010); Ejercicios de memoria (Centre d´Art La Panera, LLeida, 2011); Temor y deseo de ser devorado (Bòlit Centre d´Art, Girona, 2011); Decolonial Aesthetics (Fredric Jameson & Nasher Museum of Art, Duke University, Durham, 2011); VideoStorias (ARTIUM, Vitoria, 2011); Rencontres Internationales (Paris/Berlin/Madrid, 2011-2012); Genealogías feministas en el arte español 1960- 2010 (MUSAC, León, 2012). Además, sus ensayos documentales han sido visionados en numerosos festivales internacionales de cine.
L’écran en conflit circula en torno a la proyección de las siguientes películas de la autora: La memoria interior (2002), Tiempo real (2003), Ficciones anfibias (2005), Zona franca (2009), Le rêve est fini (2014) y L’oeil impératif (2015).
El día 13 de febrero se visionará L’oeil impératif en una presentación pública junto a María Ruido y Johanna Caplliure en el contexto del ciclo Cine por venir en el IVAM. A partir de este día se añadirá al resto de películas proyectadas en la galería.