Andrea Canepa traza un recorrido de ida y vuelta alrededor de una misma idea en dos proyectos. El primero es Anschauung, compuesto por 3 componentes (una instalación, una proyección de diapositivas y unas telas/cuadros) que gira en torno a los experimentos en educación inicial y su relación con el arte moderno.
Canepa rastrea ese nexo a partir de materiales pedagógicos de mediados del s. XIX y principios del s. XX (los dones de Friedrich Fröbel, creador del Kindergarten, el cubo binomio de Maria Montessori, los bloques lógicos de Zoltán Pál Dienes, etc.), concebidos para estimular el pensamiento abstracto en la infancia mediante su manipulación (en este contexto, el término alemán “Anschauung” se refiere a un aprendizaje vía la exploración de objetos).
La instalación remite a los materiales de enseñanza citados (sus formas y colores) y ha sido generada empleando la lógica de dichos materiales. El punto de partida es un gran cubo negro que ha sido dividido en prismas desplegados por el espacio. Cada corte da lugar a un nuevo plano, que es señalado por un nuevo color, sugiriendo así la correspondencia entre la parte y el todo.
La proyección de diapositivas muestra documentos históricos y material pedagógico, contextualizando la investigación de la artista. Las tres telas, que recuerdan pizarras, presentan una cita de Kandinsky sobre las formas simbólicas, traducida al código de los “Solidos gramaticales Montessori”, una cita de Paul Klee sobre el color, traducida con “El método silencioso” de Caleb Gattengo para la enseñanza de idiomas y un ejercicio de dibujo de Johann Heinrich Pestalozzi y Johannes Christoff Buß (tomado de su libro ABC der Anschauung) respectivamente.
Anschauung recorre el nexo entre el carácter concreto de estos objetos multicolor (materiales a ser manipulados) y su orientación hacia lo abstracto. A fin de cuentas, son dispositivos pedagógicos diseñados para evocar conceptos abstractos de matemáticas y lengua, y, además, sus formas nos remiten inmediatamente a la abstracción moderna temprana (suprematista, constructivista, neoplasticista, etc.). Dicho en breve, estas son, a la par, formas elementales y código estético-ideológico altamente sofisticado.
Esta primera trayectoria va de la experiencia (sensorial, perceptual) a las abstracciones, de los conceptos a los códigos. La segunda trayectoria, en cambio, sigue el camino inverso, del código abstracto a la experiencia corporal.
Dicho recorrido subyace al vídeo Until it lives in the muscle (hasta que vive en el músculo), para el cual Canepa crea una serie de plataformas, basadas en las formas y gráficos del sistema de notación coreográfica ideado por el pionero de la danza moderna Rudolf von Laban. Por sus características formales, dichas plataformas evocan la abstracción geométrica y a los materiales pedagógicos citados en Anschauung. Por su disposición recuerdan a un tablero de juegos (a medio camino del Twister y el Backgammon) y por su función son simultáneamente escenario y guión escénico, pues pautan una serie de ejercicios de improvisación de danza de tres bailarines, que ejecutan sobre esos tableros.
Los performers van descodificando las indicaciones del mismo escenario en el que danzan, cuyos enigmáticos signos son traducidos a movimientos en el espacio-tiempo. Nuevamente la artista establece un nexo entre lo concreto y lo abstracto: primero, vía las plataformas/notación, que son código y formas concretas, y segundo, vía la danza, que es tan concreta (materialmente hablando) como el movimiento de los cuerpos y tan abstracta (estéticamente hablando) como lo es una danza no-narrativa y no-simbólica (y sin música).
En el recorrido de la experiencia corporal a los conceptos y de los conceptos a la experiencia corporal, Andrea Canepa revela un espacio—el margen de juego al que alude su título—donde las reglas y el azar se encuentran: las reglas del lenguaje, que revelan el sentido de unas formas, de unos colores y de unos movimientos (constituidos así en “mensaje”) y el azar que produce sinsentido y desconcierto, pero que también abre la puerta a la posibilidad ilimitada de lo imprevisible. Ese espacio potencial de desciframiento e invención no es otro que aquel que Andrea Canepa nos lleva a ocupar.
Max Hernández Calvo