La eminencia del desastre se está convirtiendo en un estado emocional de resonancias globales. En efecto, esta no es la primera vez que una atmósfera enrarecida parece extenderse sin control por todos lados. ¿Quién puede olvidar las consecuencias geopolíticas que trajo consigo la Guerra Fría? Pero en esta ocasión las variables detrás del conflicto son otras. Nos enteramos hace un par de años de los vacíos económicos que sustentaban al sistema de intercambio internacional a través de un sofisticado juego de transferencias, venta y compra de auténticas “cajas negras” mediante el cual se les mantenía encapsulados.
El agotamiento de dichas operaciones ha tenido consecuencias drásticas en varias naciones del orbe, transformando la vida cotidiana en un auténtico campo minado para el ejercicio de la ciudadanía. El empobrecimiento (literal) de los estados democráticos como árbitro del interés común y su incapacidad para resistir la ambición de las élites empresariales, que han logrado doblegar a los sistemas parlamentarios y la hegemonía de partidos, ha desatado en un estado de emergencia donde confluyen la rabia, la parálisis por shock, el surgimiento de nuevos frentes de acción ciudadana pero también una profunda desconfianza sobre la supervivencia de los modelos heredados de las experiencias políticas modernas.
Opus 2012 contribuye a la reflexión sobre este horizonte de crisis, cuya consolidación al parecer ahora sí hermanará a la humanidad entera. Para ello Juanli Carrión (España, 1982) ha realizado una serie de desplazamientos geográficos alrededor de dos discursividades ya probadas en la esfera pública: La comparecencia sobre el estado de la nación estadounidense dictada por el presidente Barack Obama en enero del 2012 y la ópera Don Giovanni de Mozart. El artista se encargó de traducir al italiano cinco de los temas presentes en la alocución del presidente Obama e integrarlos a la partitura del segundo acto de Don Giovanni para que esta fuera interpretada por cantantes profesionales en el medio del desierto de Real de Catorce, municipio de Matehuala, en el estado de San Luis Potosí, México.
La puesta en escena en una región próxima a la frontera de México con los Estados Unidos subraya la posición subordinada de mi país respecto de la fortuna inmediata de nuestros vecinos. A partir de caracterizar el paisaje del Noreste cual campo semántico subsidiario, se realiza una paráfrasis que revela concordancias entre vocabulario político y lenguaje dramatúrgico: La adaptación literaria del discurso presidencial y su inserción en la poética de la ópera establece una relación directa entre el desempeño público del político y el personaje de Don Juan.
De este modo queda evidenciada la tremenda dependencia que los actuales regímenes democráticos tienen respecto de la industria de la comunicación de masas. Por otra parte, queda claro el carácter melodramático que ha adquirido el personaje público del presidente de un régimen democrático ante las estrategias de cuantificación de la “opinión pública” y las modulaciones que éstas producen en el mismo.
Opus 2012 puede entenderse como una máquina estética articulada por una serie elementos que poseen su propio sentido y se interrelacionan en el espacio de exhibición. Así el registro en video preserva la ejecución operística, además de facilitar la creación de una escenografía estelar; el registro fotográfico recala sobre el paisaje y la puesta en escena; mientras cada uno de los pódiums revela su doble carácter utilitario y escultórico. También se muestra el arreglo hecho a la partitura de la obra, un punto esencial del proyecto pues la música es al final el eje que soporta todo el proceso de representación desarrollado por Juanli Carrión.
Opus 2012 fue realizado como parte de la beca de residencia Hangar. Centro de Producción e Investigación en Artes Visuales (Barcelona) y Centro Arte Diseño Multimedia (Ciudad de México).